viernes, 17 de diciembre de 2010

El huevo y la serpiente.

Queremos advertir a la comunidad de la Facultad de Psicología, a los compañeros docentes y alumnos así como poner en alerta a la comunidad intelectual y trabajadores de la salud mental y otras disciplinas, a los colegas de otras facultades y universidades nacionales, a los organismos de DD.HH. respecto a la ofensiva que se está operando desde Convergencia Académica para clausurar uno de los pocos espacios de pensamiento crítico, formación general en sociales y humanidades que viene resistiendo los embates de la más rancia de las complicidades con la historia reciente argentina.

Nosotros hemos pretendido, en un espacio fundado por los profesores Blas Alberti y María Laura Méndez, sostener las bases de un pensamiento critico que apunte a considerar y comprender la Otredad como lo diverso que nuestra cultura occidental ha pretendido sepultar tras un discurso unicista y esencialista, cuyos efectos en la clínica, la salud, la educación, la política y la comunidad se han hecho sentir en desmedro de la subjetividad como potencial de creación con otros. Por todo ello es que siempre ha tenido razón de ser el espacio de “Problemas Antropológicos en Psicología”. Elegido por 300 alumnos por cuatrimestre.

Los concursos bochornosos de auxiliares docentes, que han tenido lugar o pretendieron tenerlo, se desenvolvieron ejemplarmente por parte del público, ciertamente nutrido, y por todos los postulantes que realizaron sus exposiciones normalmente. Sin embargo sorpresivamente dos de los jurados decidieron ausentarse de la segunda parte del concurso de Ayudantes de Primera: sin aviso por parte de las autoridades, sin aviso al miembro del jurado que sí se hizo presente. Nosotros, algunos de los postulantes, profesores de la materia, tuvimos que conseguir por medio de “tracción a sangre” la información que institucionalmente nos fue escamoteada.

Por otro lado queremos dejar bien aclarado que Problemas Antropológicos en Psicología es una materia defensora de los DD.HH. cuyos docentes en la actualidad trabajan, estudian, investigan en ámbitos que conciernen a las prácticas por la memoria o la defensa de los DD.HH. o tienen lamentablemente familiares víctimas del terrorismo de Estado o simplemente son ciudadanos sensibles y respetuosos. No podemos y no debemos dejar de advertir que los personajes que quieren concursar para distintos cargos de conducción de la cátedra se vinculan, se vincularon o mantienen vínculos al menos, académicos, (hasta lo que conocemos) con otros personajes que han tenido una participación activa como miembros de la academia durante la última Dictadura militar.

Esos personajes, antropólogos, fueron expulsados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA por razones sospechosas de complicidad con la dictadura en un acto de valentía ética de sus claustros de alumnos, profesores y graduados. Pero ahora quieren reingresar a la UBA en la carrera de Psicología por la ventana de los concursos y de la mano de prácticas perversas que anidan en Convergencia Académica. ¿Los profesores del jurado desconocen los antecedentes de estos implicados? ¿Se puede aceptar bibliografía de una antropología (de una antropóloga) extinta, sospechada de complicidad con la dictadura que fue desterrada de los claustros de la carrera de Antropología de la UBA? ¿Se puede avalar semejantes antecedentes? ¿Puede semejante aval venir de “Ética” o de “Historia”? Basta con preguntar a los colegas de Antropología quién es quién en esa comunidad de profesionales e intelectuales para tener un mapa de situación, un mapa de la complicidad. Puede consultarse también bibliografía sobre historia de la antropología argentina, producida en nuestra propia Universidad.

Estamos convencidos que debemos dar este debate que está instalado no sólo en el mundo universitario de la UBA sino en nuestra sociedad en su conjunto que no quiere rémoras del pasado nefasto de nuestra historia reciente y menos aún, en espacios tan sensibles como los educativos.

Debemos instalar el debate en nuestra querida Facultad para tomar con la absoluta seriedad la formación de los futuros psicólogos.

Ni reducciones etnocéntricas de la otredad, aggiornada al modo de los manuales para uso del psicólogo novel, ni mucho menos tolerancia a las complicidades con el terrorismo de Estado, sean del grado o tenor que sean o hayan sido.

Estamos dispuestos a dar esta discusión. Queremos invitarlos a todos y a todas a sumar sus voces.

No queremos a la serpiente. Mucho menos a sus huevos.

Rogamos enviar cada 100 firmas remitiendo a: antropologicos@gmail.com

Firmamos con nombres y apellidos



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