Congreso de la FUBA
El próximo 28 de marzo, en la facultad de Psicología, sesionará el Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que tendrá por objeto elegir la dirección de la Federación y fijar la política y las tareas que el movimiento estudiantil debe llevar adelante en la próxima etapa. Por eso será abierto a todos los estudiantes, funcionarán comisiones y las resoluciones serán votadas en un plenario final.
El impacto de la crisis
El Congreso de la FUBA tendrá como una de las tareas fundamentales enfrentar las consecuencias catastróficas que la crisis capitalista internacional está produciendo en la Universidad pública. Si ya en el pasado el gobierno nacional sometió a la UBA a una asfixia presupuestaria aguda, es de esperar que ahora, como consecuencia de la crisis, la situación tienda a agravarse de manera significativa.
De alguna manera dichas consecuencias ya se están haciendo sentir. Ni bien comenzaron las clases se produjo un incendio en la facultad de Medicina, como consecuencia del creciente deterioro edilicio. Los sucesivos planes anunciados para remediar ese deterioro nunca se han llevado a la práctica.
Medicina es, sin embargo, sólo un ejemplo de una situación más general. En la zona oeste del Gran Buenos Aires, por ejemplo, nuevamente las autoridades han vuelto a la carga para vaciar la sede del CBC. Por otro lado, los docentes universitarios siguen reclamando aumento salarial sin que por el momento el gobierno realice por lo menos una propuesta. Por esto motivo están organizando un fuerte plan de lucha. En el colegio Carlos Pellegrini fueron más allá: redujeron directamente el presupuesto de este año. En Arquitectura eliminaron el 90 % del curso de verano.
De la misma manera que crecen los despidos y suspensiones en el país, la crisis capitalista impactará en la Universidad mediante una mayor asfixia presupuestaria, recorte de recursos, miseria salarial y deterioro edilicio.
El ataque contra las carreras…
Las autoridades universitarias no abren la boca para denunciar la crítica situación de la UBA. Por el contrario, se escudan en la crisis para impulsar reformas privatistas que destruyen las carreras de grado, avanzan con la Coneau y con la generalización de los posgrados pagos. En otros casos implantan reglamentaciones por las cuales dejan afuera a miles de estudiantes, como es el caso de Arquitectura.
Los Hallú y Sorín, y el conjunto de los decanos, ven en la crisis una oportunidad para avanzar en los negocios privados y acuerdos con empresas. Dichos negocios, claro, no ofrecen ninguna salida para la Universidad pero sí benefician a las camarillas que los manejan integralmente, ampararos en una gran discreción.
… y contra el movimiento estudiantil
La ofensiva capitalista en marcha es el trasfondo que explica los ataques sistemáticos que las autoridades han lanzado contra las organizaciones estudiantiles y sus dirigentes. Las camarillas que dirigen la UBA tienen plena conciencia que necesitan gobernar con "mano dura" para descargar la crisis al interior de la propia universidad.
En su última sesión el Consejo Superior resolvió que la UBA debía involucrarse como parte querellante en la causa seguida contra los dirigentes de la FUBA que participaron en la defensa del CBC de Merlo. El rector y los decanos han sentido como una derrota el fallo favorable que consiguieron los estudiantes en diciembre, cuando la Cámara de Apelaciones resolvió el sobreseimiento de los compañeros y se pronunció a favor de los métodos de lucha que hacen a la historia del movimiento estudiantil. También resolvieron continuar con el pedido de desalojo a la Justicia del Bar Estudiantil del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.
La derrota sufrida por las camarillas en la Justicia los ha hecho cambiar de política. Ahora se han inclinado a que la persecución contra los estudiantes se haga de manera `interna`, mediante sumarios administrativos. En Veterinaria, por ejemplo, a la Consejera directiva Laura Casal le quieren aplicar una suspensión de 7 meses; en Ingeniería persiguen a los estudiantes que enfrentan la implementación de trabajo gratuito en las empresas privadas (PPS). El ataque contra el movimiento estudiantil es una consecuencia obligada de la ofensiva ajustadora y privatizadora en curso.
Una FUBA de los que luchan
Esta es la situación que el movimiento estudiantil tendrá que enfrentar en la próxima etapa, caracterizada por una crisis agudísima y una ofensiva para descargar sus consecuencias sobre los trabajadores, la salud y la educación. La pelea entre la clase capitalista, de un lado el gobierno, y del otro la Mesa de Enlace, son dos variantes de una política reaccionaria contra las mayorías populares de nuestro país.
El movimiento estudiantil ha dejado sentada su posición con toda claridad. En las últimas elecciones las corrientes de izquierda, que participan de la luchas e impulsan la movilización, han conseguido una mayoría de centros de estudiantes y de votos; en cambio la Franja Morada, el kirchnerismo y las agrupaciones de los decanos han quedado en minoría.
Esto debiera bastar para que la FUBA siga en manos de la izquierda, como viene sucediendo desde el año 2001 hasta la fecha, lo que ha permitido que el movimiento estudiantil juegue un papel activo en la defensa de la universidad pública, luche por la democratización del cogobierno y aparezca unido a la clase obrera que lucha. Una FUBA de la izquierda es, en definitiva, lo que han votado miles de estudiantes en las últimas elecciones de los centros.
Sin embargo las cosas no son tan simples. Sucede que una parte de las agrupaciones que se reclaman de izquierda, en particular aquellas que se definen como "independientes", han rechazado hasta el momento realizar un frente de toda la izquierda para obtener la mayoría del Congreso. Han llegado al absurdo de presentar un ultimátum exigiendo una presidencia monopolizada por ellos, a pesar de que su representación es minoritaria. Los apoyan en esta cruzada contra la actual conducción combativa de la FUBA los restos del kirchnerismo y las agrupaciones que responden a los decanos `progresistas` que cogobiernan la UBA con los radicales.
Esta política de los "independientes" puede llevar, incluso, a que gane la Franja Morada el Congreso, no porque tengan mayoría sino porque la izquierda se divide entre sí. Sería una posición criminal de cara a las tareas que tenemos por delante y a los desafíos que nos presenta la crisis capitalista internacional.
Llamamos a todo el movimiento estudiantil a seguir y profundizar el camino de lucha que llevamos adelante desde hace años, para que la "crisis la paguen los capitalistas" y no los trabajadores y el pueblo explotado.
Llamamos a movilizarnos para derrotar la represión de las autoridades y la privatización y el ajuste permanente.
Llamamos a defender una FUBA de izquierda y de lucha, que una a todas las fuerzas que se reclaman combativas e independientes. Actuar de otra manera es desconocer el mandato de miles y miles de estudiantes.
UJS-PARTIDO OBRERO
Alexandra Belnicoff, vicepresidenta del CEP.